El antiguo grupo escolar, que cerró sus puertas por falta de alumnos en el año 1994, empezó a reformarse en 2005. «En un principio, pretendíamos convertir el inmueble en una residencia de ancianos pero no fue posible por la estructura arquitectónica, los técnicos aconsejaban el derribo», explica Hermosilla. Ante este obstáculo, el Ayuntamiento buscó nuevas líneas de inversión y vio que en materia de juventud había importantes posibilidades. «En aquel entonces se daban subvenciones para este tipo de proyectos y nos decidimos a sacarlo adelante», indica. El alcalde añade que «el objetivo siempre fue recuperar el edificio y darle un uso para los vecinos y, si era posible, también para otros colectivos». más información en Diario de Burgos

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